martes, 13 de octubre de 2015

Las emociones y el desempleo

Las emociones


"Una emoción, es un proceso que se activa, cuando el organismo detecta algún peligro, amenaza o desequilibrio, con el fin de poner en marcha, los recursos a su alcance, para controlar la situación".

Las emociones, son reacciones inherentes al hombre. Es una crisis súbita del organismo, en el proceso de adaptación al medio en el que se mueve. Son impulsos que "obligan" a actuar, proporcionan la energía necesaria para enfrentar y resolver un problema ....... empujan a conseguir objetivos, deseos o satisfacer necesidades. 
Es una reacción subjetiva al ambiente (respuestas fisiológicas, creencias y actitudes, según las cuáles, se valora una situación concreta, generando una percepción de la misma, con la finalidad de darle una solución), que cursa con cambios fisiológicos y endocrinos, innatos (instinto de supervivencia), e influidos por la experiencia. Aunque, algunas son fruto del aprendizaje: por experiencia directa (con meses, el ser humano, ya ha experimentado emociones básicas como miedo, enfado o alegría), o aprendidas, por observación, en el entorno familiar, social, educativo ..... 


Tradicionalmente, se ha dado poca importancia a las emociones, primando la  visión del individuo, como ser racional. Y, aunque, es poco menos que imposible, prever la conducta de un ser humano, en respuesta a una emoción, éstas son de gran relevancia, ya que, son estados internos personales (deseos, necesidades, motivaciones, objetivos ...), experimentados en función de creencias, anhelos, experiencias previas, aprendizajes y personalidad del individuo. Todas necesarias (no existen emociones buenas ni malas), inevitables; que no deben ser reprimidas, porque tienen una función social: son procesos de adaptación, sistemas de comunicación y de integración en el grupo. 

Nuestras emociones básicas ....


 Todos, en mayor o menor medida, experimentamos 6 emociones básicas: 
  • MIEDO: su finalidad es la protección. Produce ansiedad, incertidumbre, inseguridad, inquietud, preocupación ante una amenaza o peligro. 
  • SORPRESA: permite la orientación hacia la nueva situación, búsqueda de información. De muy poca duración, produce sobresalto y desconcierto. 
  • AVERSIÓN: rechazo hacia una situación o persona. Tendencia a alejarse, produce asco y disgusto.
  • IRA: induce deseos de destrucción. Se expresa a través de la rabia, enfado, resentimiento, irritabilidad. 
  • ALEGRÍA: estimula la reproducción (repetición de la conducta, acto, suceso que nos hizo sentir bien). Produce euforia, bienestar, seguridad, .....
  • TRISTEZA: induce a una nueva reintegración personal. Produce pena, soledad, pesimismo. 


Y, las externalizamos...


.... a través de los componentes conductales y fisiológicos: 

Conductales: Son las expresiones faciales, acciones y gestos, distancia entre personas y el lenguaje no verbal, sobre las que se puede tener cierto control, a través del aprendizaje (educación, conductas aprendidas)

Fisiológicos: Se traducen en temblores, sonrojo, sudoración, respiración agitada, dilatación pupilar y aumento del ritmo cardíaco. Son inherentes al individuo e iguales, en todos ellos. 

Por ejemplo, el miedo: activa la glándula suprarrenal que descarga adrenalina, se dilatan las pupilas, el tórax se ensancha, el corazón se dilata aumentando la provisión de sangre, aumenta la tensión arterial, los músculos se contraen, el hígado libera glucosa, la piel palidece, los bronquios se dilatan y en casos extremos, se vacía la vejiga. 

Gestionando adecuadamente las emociones


La sabiduría popular, establece que: "el que no controla sus emociones, es víctima de sus circunstancias". De ahí que, hacer una correcta gestión de las mismas, sea de "vital" importancia. 

Es a principio de los 90, cuando se empieza a dar relevancia a las emociones, y se utiliza, de forma reiterada, el término "inteligencia emocional", que aunque no nuevo (ya algunos autores lo utilizaban en los años 20), hace referencia a la "capacidad humana de sentir, entender, controlar y modificar estados emocionales en uno mismo y en los demás". Dirigir y equilibrar, que no reprimir. Capacitarse para interactuar con el mundo que nos rodea, de forma receptiva y adecuada. 
Es dotar a nuestro carácter, de las cualidades que nos capaciten para una buena adaptación social, a través de la adecuada expresión y control de nuestros sentimientos; es hacer un buen manejo de nuestros sentimientos, estar motivados, ser perseverantes y empáticos. Tanto en el terreno personal como en el social.
Y, ello, se logrará con una buena dosis de autoestima y positividad; sabiendo dar y recibir; entendiendo los sentimientos de los demás, reconociendo los propios; siendo capaces de expresar los sentimientos positivos y negativos, haciendo un buen control de los mismos; estando motivados, ilusionados e interesados; teniendo valores alternativos; superando las dificultades y frustraciones y encontrando el equilibrio entre exigencia y tolerancia. 

El desempleo



Si a priori, hacer una correcta gestión de las emociones, ya parece una tarea harto difícil, gestionarlas, en situación de desempleo, podría parecer un reto inalcanzable. 
Y, es que, el trabajo tiene un doble función: satisface necesidades primarias (alimento, hogar, ....), y las necesidades de autorrealización del individuo (crecimiento personal). La pérdida del puesto de trabajo, es una de las experiencias más frustrantes del ser humano. 
El desempleo, es en sí mismo, una carencia, una situación negativa, una forma de exclusión, que se traduce en angustia psíquica.

"aquella que es capaz de amar y trabajar", 
definición de Sigmund Freud, de persona mentalmente sana. 

Las emociones y sentimientos surgidas en momentos de desempleo, condicionan o pueden hacerlo, las relaciones con otras personas y las conductas ante determinadas situaciones sociales, familiares, ......
El desempleado, se siente excluido del sistema (la exclusión genera daño físico y emocional), siente el estigma del desempleo: dolor (daño físico), sufrimiento (daño emocional), impotencia, estrés, humillación, desamparo, frustración, rabia, vergüenza, culpa, ansiedad, angustia (con la consiguiente pérdida de autoestima), que le lleva al aislamiento. 
Son todas estas, emociones sociales, por lo que, la sociedad debería adaptarse y prepararse, para la acogida y acompañamiento emocional de las personas sin empleo, revertiendo la concepción negativa, que se tiene de éstas.
A su vez, el desempleado, debe hacerse responsable de la respuesta adoptada ante su nueva situación: debe prestarse atención, conocerse a sí mismo, auto-afirmarse, aceptarse y responsabilizarse de los pasos a seguir. Su actitud, es fundamental, para cambiar su nuevo y no deseado estatus. 

"desarrollar la conciencia de uno mismo y la autonomía personal, adquirir y aprender a utilizar herramientas de afrontamiento y regulación emocional, deberían ser materias que acompañan a toda acción que se diseñe para y por los desempleados..."


Fases emocionales del desempleado


NEGACIÓN: reacción de incredulidad, el desempleado no entiende como puede pasarle eso. Algunos autores creen que es comparable a un divorcio o fallecimiento de ser querido, por lo que, es fundamental un período de duelo. 

ACEPTACIÓN: una vez aceptada la situación, aparece el resentimiento con la empresa, por no valorar la experiencia profesional o los conocimientos académicos.

El TEMOR: miedo a no poder revertir la situación.  

Afrontación ...


Ante todo, debe existir el deseo, sereno y real, de querer revertir la situación, dejar de malgastar la energía en sentimientos de culpa, salir de la zona de confort y actuar. No existen "emociones malas", todas, absolutamente todas, nos informan de necesidades...... Y, para ello, habrá de hacerse un análisis objetivo de la situación y de uno mismo: 
  1. Realizar un análisis objetivo de la situación, evitando la visión en forma de túnel. El desempleo tiene un principio y un final. Ver su lado positivo: tiempo libre para estudiar, para reinventarse, emprender otra actividad, buscar nuevos objetivos de empleo .......
  2. Evitar los prejuicios y las ideas limitantes: focalizarse en las fortalezas que se poseen, o en la adquisición de otras nuevas, reconociendo los propios límites. 
  3. Evitar la pasividad y la resignación: canalizar la experiencia negativa en crecimiento del individuo (el desempleo puede ser visto como una oportunidad, en vez de como amenaza limitadora), a través de la toma de conciencia de las carencias reales y concretas de cada individuo, actuando de tal manera que se permita reconducir la situación (ej.: adquiriendo nuevas competencias, descubriendo las competencias del currículo oculto, ...). El parado debe adaptarse a esta circunstancia adversa, aprender de ella y superarla. 
  4. Vivir en el presente: no se debe generalizar (como hay crisis, está todo el mundo igual), ya que se entra en el círculo vicioso del pesimismo, conducente a la desesperanza. No desalentarse por posibles consecuencias futuras. 
  5. Programación del día a día: se debe normalizar la jornada diaria. Levantarse a una hora razonable, hacer vida social con los amigos y familia, practicar los hobbies para los que antes no se tenía tiempo......
  6. Hacer deporte: el deporte contribuye al bienestar mental, mejora la autoestima, la memoria, la rapidez de ideas, crea sensación de optimismo, mejora la autoestima ....
  7. Planificación adecuada de la búsqueda de empleo: la búsqueda de empleo es muy importante, pero no puede convertirse en el único objetivo de su vida. 
  8. Practicar y/o aprender de las entrevistas de selección: entrenar las posibles situaciones, aprender de los fallos, no desesperarse por no ser seleccionado, ....
  9. La familia y el entorno social: la familia debe ser un entorno acogedor y no culpabilizador, de forma que se evite el síndrome del parado; siendo muy positivo, la ampliación del grupo social y se mantenga o promueva el interés por distintas actividades. 
Para saber más o encontrar ideas: 



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